11 mar 2014

Osvaldo Pugliese en el cine

Texto de presentación del documental El tango es una historia.

Osvaldo Pedro Pugliese nació en Buenos Aires, en el barrio de Villa Crespo 2 de diciembre de 1905, falleció en el barrio de Almagro el 25 de julio de 1995. Fueron sus padres Aurelia Terragno, ama de casa, y Adolfo Pugliese, obrero del calzado y músico de afición.


Desde niño realizó diversas actividades como lustrabotas, obrero en una joyería y aprendiz de linotipista. Precisamente en la imprenta de Mazzone comienza a familiarizarse con la música y decide estudiar piano alentado por su madre que le repetía aquello de: “¡Al Colón! ¡Al Colón!”. Fue alumno del exigente y chinchudo Vicente Scaramuzza. Era un adolescente “Chicharrita” –como lo apodaban– cuando escribe su primer tango al que titula Primera categoría al que habría de seguir Recuerdo, tema que con la primera grabación realizada por el afamado sexteto de Julio De Caro, se convertiría en un clásico de la música popular de nuestro país.
Los primero escarceos musicales de Pugliese se realizaron en el café La Chancha de Godoy Cruz y Rivera (actual Córdoba) y posteriormente en el ABC, otro café legendario ubicado en Rivera (Córdoba) y Canning (hoy Scalabrini Ortiz). También actúa en LOX Radio Cultura, forma parte del conjunto de Paquita Bernardo y en 1924 se integra a un cuarteto con Enrique Pollet en bandoneón, Emilio Marchiano y Luis Marischi en violín; en 1926 en el quinteto de Pollet, primero y el sexteto de Pedro Maffia, después. Con el violinista Elvino Vardaro crea, en 1929, el Sexteto Vardaro-Pugliese. En 1936 forma su primera orquesta que no tiene mayor resonancia hasta que el 11 de agosto de 1939 debuta con su formación definitiva en el mítico café El Nacional de la calle Corrientes.
Queremos recordar aquí algunas expresiones del troesma. Por ejemplo cuando decía: “Soy un poroto, un tornillo de la máquina tanguera. (...) Mas que la fama, importa situar a la gente dentro del corazón. Yo he trabajado desde pibe, y la gente ha simpatizado con este carcamán que soy, pero no me siento superior a nadie.  (...) La orquesta la armé en el 39. Me acuerdo que al poco tiempo ya tenía bailarines que me seguían y gritaban, ‘¡ese, ese, ese, la barra de Pugliese!’. Me gustaba pero yo me decía: ‘quedate ahí Osvaldo, no te agrandés, no fanfarronees’. Había veces que estaba en cana y me reemplazaba en el piano un primo mío que era policía. (...) Todos los días le hago los cuernos al diablo, pero cuando llegue la hora del espiche diré: ‘bueno muchachos, llegué hasta aquí, me las tomo, sigan ustedes’ (...)Si al final...¿yo qué hice? Tangos. Eso es todo”.
Así se expresaba Osvaldo Pugliese. Eso era todo (¡siendo la suya una obra monumental de la cultura popular argentina!) para un hombre y un artista que trascendió a su época. Como José Martí, entendía que “toda la gloria cabe en un grano de maíz”, y en él puede compendiarse también otra frase del apóstol cubano: “No hay más que un medio de vivir después de muerto: haber sido un hombre de todos los tiempos o un hombre de su tiempo”. Y Pugliese lo fue, por eso perdura en el tiempo. No en vano ha sido declarado oficialmente el año 2005 el año Osvaldo Pugliese, y hasta elevado a santo por decisión mítico-popular. Aunque en realidad haya sido un santo laico y rojillo hasta la médula, ateo militante, siempre fiel a su principios éticos, políticos e ideológicos.
Dicho esto, nos toca ahora presentar una película estreno en nuestro país. Se trata de un documental del año 1982 realizado por Humberto Ríos con el apoyo de la Universidad Autónoma de México, a color y en el soporte original de 16 milímetros. La película fue guardada desde entonces amorosamente por Lidia Elman de Pugliese quien la ha facilitado para su digitalización y preservación.
Debemos aclarar que el tiempo transcurrido, pese a que el filme estuvo a buen resguardo del calor, la humedad y la luz, ha sufrido, como es normal, los rigores del paso del tiempo. Su digitalización permitirá que sobreviva para disfrute nuestro y de futuras generaciones de tangueros. Aunque ha perdido el color original y el sonido suele tener algunos tropiezos por el deterioro de la película, se trata de un documento valioso en tanto y en cuanto recoge las actuaciones de Osvaldo Pugliese, Astor Piazzolla y Susana Rinaldi en México en 1981 y desarrolla, con material de archivo, una historia sociopolítica y cultural del tango. Hay además opiniones de Pugliese, Piazzolla, y los bandoneonistas Arturo Penon y Daniel Binelli por esos años integrantes de la orquesta.
Antes de la proyección de El tango es una historia, queremos hacer una breve reseña de la relación de Osvaldo Pugliese con el cine. Su primera intervención data del año 1946 en la realización de Leopoldo Torres Ríos titulada La mujer más honesta del mundo protagonizada por Pepe Arias y Ana María Lynch. En algunas antologías se la señala como no estrenada debido a la censura de tipo “moralista” ejercida por las autoridades de esa época dado que se insinúa un desnudo de la bella Ana María Lynch, poco después esposa de Hugo del Carril y protagonista en 1954 de La Quintrala, otra película  nacional que puede ser calificada como “maldita” por ignorada.


Pero volviendo a La mujer más honesta del mundo digamos que allí Osvaldo con su orquesta y los cantores Roberto Chanel y Alberto Morán hacen “Mirando la lluvia”, tango de Torres Ríos y Adolfo Avilés con arreglo orquestal de Argentino Galván, y que la película se estrenó el 13 de marzo de 1947 en el cine Ocean Rex de Mar del Plata, estuvo 5 días en cartel y sobrevino la censura por lo cual no se conoció en Buenos Aires pero sí en Montevideo donde también se proyectaba A media luz realizada en México con Hugo del Carril y también prohibida por cuestiones políticas absurdas.
El 2 de setiembre de 1948 en el cine Normadie se estrena Mis 5 hijos, filme de Orestes Caviglia y Bernardo Spoliansky en base a un libro del actor Nathan Pinzón, música de  Juan Ehlert, en el cual también participa Pugliese con su orquesta siendo sus protagonistas Domingo Sapelli, Ilde Pirovano, Ricardo Trigo, Rodolfo Crespi y los 5 hermanos Alonso: Tito, Pola, Luis, Mario y Héctor, película que la crítica consideró “modesta y simpática como una esquina de barrio”. De fondo en el transcurso del filme se escuchan los tangos “Una vez”, de Pugliese y Cátulo Castillo cantando Alberto Morán, “Las marionetas” y “Adiós Bardi”, ambos instrumentales de Pugliese, y “Cabecitas blancas” de Alberto Pugliese y Enrique Dizeo cantando Roberto Chanel. Centralmente. la orquesta interpreta “La yumba”, por esos años ya transformado en tango representativo de don Osvaldo,  y “A barquinazos” que el troesma compusiera con Homero Expósito y nunca llevado al disco como ocurriría con numerosas obras realizadas por el propio Pugliese. Se sabe que éste  prefería hacerlo con las creaciones de sus músicos a quienes además incitaba a componer, lo cual acrecentaba el porcentaje de ingresos para ellos de acuerdo a la concepción cooperativa que aplicaba rigurosamente. Digamos de paso que “A barquinazos” fue cantado por  uno de los hermanos Alonso, Mario, dado que jugaba en la ficción de la película. Y según Carlos Puente se transformaría años después en “Hermosa japonesita” con letra de Javier Mazzea, cantada por Adrián Guida pero nunca llevada al disco. La grabación de este tema, sacado de la película, apareció en el disco compacto “El eslabón perdido”. Asimismo interpreta Mario Alonso, con posterioridad cantor de Francisco Canaro, “El encopao”, del propio Pugliese con Enrique Dizeo, obra que también fue censurada en la década del 40 dado que se refiere a un borrachín consuetudinario. Pugliese la grabó con Abel Córdoba recién en 1970.
Sin embargo, a nuestro entender, no es “A barquinazos” el eslabón perdido sino “Milonga para Fidel” y las 5 obras que Pugliese grabó en 1968 en Phonogram con la orquesta desdoblada y que nunca fueron impresas, incluso también destruidas las matrices. Ahí tenemos, por ejemplo, 4 instrumentales realizados con cuarteto de cuerdas mas el piano y el tango “Che, colectivero” de Pugliese y Julio Camilloni con un sexteto de piano, dos  bandoneones, contrabajo y violín, cantando Abel Córdoba.
En el año 2005 el cantor Carlos Varela rescató los temas mencionados en su disco Ojalá Pugliese. Varela nos ofrece la primera grabación de  A barquinazos, de Pugliese y Homero Expósito y de los mismos autores Viejo barrio poligrillo. Aprovecha Varela, en este excelente disco, para incorporar una novedosa obra de Pugliese con el poeta Héctor Negro titulada Tu abrazo hermano. La dirección musical estuvo a cargo de José Teixidó.
Otras intervenciones de Osvaldo en el cine fueron en Tangos, el exilio de Gardel de Fernando “Pino” Solanas donde interpreta “La yumba”. Se estrenó el 20 de marzo de 1986 en los cines Broadway y Atlas Recoleta. El 8 de mayo de ese mismo año se estrena Pobre mariposa de Raúl de la Torre con escenas que transcurren en una radio de la década del 40 con orquestas en vivo. Allí interpreta su tema “Recuerdo”. Y el 21 de abril de 1994 se conoce Convivencia de Carlos Galettini con José Sacristán y Luis Brandoni. Aquí la orquesta hace “La yumba” y de Canaro “Charamusca”. Otro documental no estrenado comercialmente es el del argentino radicado en Brasil Mauricio Berú. Es de 1984, se titula Tango y tango y fue filmado en la Habana durante el Festival Internacional del tango realizado en marzo de 1984 con la participación de Pugliese y otros artistas argentinos. Allí hace “La yumba” y “Recuerdo”.
Hay películas en las cuales se escucha la música de Pugliese en la banda sonora, ya sin la participación del maestro, porque fueron realizadas a posteriori de su muerte. Ya transformado en referente ineludible del tango, su música aparece en la notable realización de Carlos Saura Tango de 1998, donde oímos “Recuerdo” y “La yumba”, obra que un año antes la realizadora inglesa Sally Potter baila con el argentino Pablo Verón en su filme La lección de tango. A este listado podemos agregar otras películas concretadas ya en este siglo XXI que nos muestran la vigencia del troesma y el tango. “La yumba” y “Recuerdo” con “La bordona” de Emilio Balcarce, todos en versiones de la orquesta de Pugliese, se pueden disfrutar en el filme francés del año 2003 Dans le rouge du couchant. Algo más o menos así como “Entre el rojo y el ocaso”. “Negracha” se escucha como fondo musical de la película Ronda nocturna del año 2004 de Eduardo Kozarinsky, argentino radicado en París, y “Recuerdo” en Años rebeldes de la italiana Rosalía Polizzi.


Finalmente podemos mencionar Muchas gracias maestro en la que nuestro homenajeado es protagonista ya que relata su trayectoria. Es una realización de 1994 del recientemente fallecido (2004) director argentino Luis Segura  y que por cuestiones legales entre sus productores aún no ha sido estrenada. Dado que las autoridades gubernamentales han declaro oficialmente al 2005 como el año Pugliese, es de esperar que intercedan para destrabar el conflicto de intereses y podamos disfrutar de Muchas gracias maestro, como ahora lo haremos con El tango es una historia. Y perdón por tanta lata, pero consideramos imprescindible ubicar al maestro en el contexto cinematográfico. No por nada, según el artista plástico Chilo Chulissi, los seguidores, admiradores y fanáticos de Pugliese, somos su apóstoles. Y como tales nos reivindicamos. Por ende, no sólo disfrutamos sino que promovemos su obra. Y repetimos su profecía: “El tango es un árbol que va a dar frutos continuamente porque está viviendo en una tierra fértil que es el alma popular”.

Agrego ahora: nunca se resolvió el conflicto con la película Muchas gracias maestro, cosas propias de nuestro país.

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