Texto de presentación del documental El tango es una historia.
Osvaldo
Pedro Pugliese nació en Buenos Aires, en el barrio de Villa Crespo 2 de
diciembre de 1905, falleció en el barrio de Almagro el 25 de julio de 1995.
Fueron sus padres Aurelia Terragno, ama de casa, y Adolfo Pugliese, obrero del
calzado y músico de afición.
Desde niño realizó diversas actividades
como lustrabotas, obrero en una joyería y aprendiz de linotipista. Precisamente
en la imprenta de Mazzone comienza a familiarizarse con la música y decide
estudiar piano alentado por su madre que le repetía aquello de: “¡Al Colón! ¡Al
Colón!”. Fue alumno del exigente y chinchudo Vicente Scaramuzza. Era un
adolescente “Chicharrita” –como lo apodaban– cuando escribe su primer tango al
que titula Primera categoría al que
habría de seguir Recuerdo, tema que
con la primera grabación realizada por el afamado sexteto de Julio De Caro, se
convertiría en un clásico de la música popular de nuestro país.
Los primero escarceos musicales de
Pugliese se realizaron en el café La
Chancha de Godoy Cruz y Rivera (actual Córdoba) y
posteriormente en el ABC, otro café legendario ubicado en Rivera (Córdoba) y
Canning (hoy Scalabrini Ortiz). También actúa en LOX Radio Cultura, forma parte
del conjunto de Paquita Bernardo y en 1924 se integra a un cuarteto con Enrique
Pollet en bandoneón, Emilio Marchiano y Luis Marischi en violín; en 1926 en el
quinteto de Pollet, primero y el sexteto de Pedro Maffia, después. Con el
violinista Elvino Vardaro crea, en 1929, el Sexteto Vardaro-Pugliese. En 1936
forma su primera orquesta que no tiene mayor resonancia hasta que el 11 de
agosto de 1939 debuta con su formación definitiva en el mítico café El Nacional
de la calle Corrientes.
Queremos recordar aquí algunas
expresiones del troesma. Por ejemplo cuando decía: “Soy un poroto, un tornillo
de la máquina tanguera. (...) Mas que la fama, importa situar a la gente dentro
del corazón. Yo he trabajado desde pibe, y la gente ha simpatizado con este
carcamán que soy, pero no me siento superior a nadie. (...) La orquesta la armé en el 39. Me
acuerdo que al poco tiempo ya tenía bailarines que me seguían y gritaban,
‘¡ese, ese, ese, la barra de Pugliese!’. Me gustaba pero yo me decía: ‘quedate
ahí Osvaldo, no te agrandés, no fanfarronees’. Había veces que estaba en cana y
me reemplazaba en el piano un primo mío que era policía. (...) Todos los días
le hago los cuernos al diablo, pero cuando llegue la hora del espiche diré: ‘bueno muchachos, llegué
hasta aquí, me las tomo, sigan
ustedes’ (...)Si al final...¿yo qué hice? Tangos. Eso es todo”.
Así
se expresaba Osvaldo Pugliese. Eso era todo (¡siendo la suya una obra
monumental de la cultura popular argentina!) para un hombre y un artista que
trascendió a su época. Como José Martí, entendía que “toda la gloria cabe en un
grano de maíz”, y en él puede compendiarse también otra frase del apóstol
cubano: “No hay más que un medio de vivir después de muerto: haber sido un
hombre de todos los tiempos o un hombre de su tiempo”. Y Pugliese lo fue, por
eso perdura en el tiempo. No en vano ha sido declarado oficialmente el año 2005
el año Osvaldo Pugliese, y hasta elevado a santo por decisión mítico-popular.
Aunque en realidad haya sido un santo laico y rojillo hasta la médula, ateo militante,
siempre fiel a su principios éticos, políticos e ideológicos.
Dicho esto, nos toca ahora presentar una
película estreno en nuestro país. Se trata de un documental del año 1982
realizado por Humberto Ríos con el apoyo de la Universidad Autónoma
de México, a color y en el soporte original de 16 milímetros . La
película fue guardada desde entonces amorosamente por Lidia Elman de Pugliese
quien la ha facilitado para su digitalización y preservación.
Debemos
aclarar que el tiempo transcurrido, pese a que el filme estuvo a buen resguardo
del calor, la humedad y la luz, ha sufrido, como es normal, los rigores del
paso del tiempo. Su digitalización permitirá que sobreviva para disfrute
nuestro y de futuras generaciones de tangueros. Aunque ha perdido el color
original y el sonido suele tener algunos tropiezos por el deterioro de la
película, se trata de un documento valioso en tanto y en cuanto recoge las
actuaciones de Osvaldo Pugliese, Astor Piazzolla y Susana Rinaldi en México en
1981 y desarrolla, con material de archivo, una historia sociopolítica y
cultural del tango. Hay además opiniones de Pugliese, Piazzolla, y los
bandoneonistas Arturo Penon y Daniel Binelli por esos años integrantes de la
orquesta.
Antes
de la proyección de El tango es una
historia, queremos hacer una breve reseña de la relación de Osvaldo
Pugliese con el cine. Su primera intervención data del año 1946 en la
realización de Leopoldo Torres Ríos titulada La mujer más honesta del mundo protagonizada por Pepe Arias y Ana
María Lynch. En algunas antologías se la señala como no estrenada debido a la
censura de tipo “moralista” ejercida por las autoridades de esa época dado que
se insinúa un desnudo de la bella Ana María Lynch, poco después esposa de Hugo
del Carril y protagonista en 1954 de La Quintrala , otra película nacional que puede ser calificada como
“maldita” por ignorada.
Pero
volviendo a La mujer más honesta del
mundo digamos que allí Osvaldo con su orquesta y los cantores Roberto
Chanel y Alberto Morán hacen “Mirando la lluvia”, tango de Torres Ríos y Adolfo
Avilés con arreglo orquestal de Argentino Galván, y que la película se estrenó
el 13 de marzo de 1947 en el cine Ocean Rex de Mar del Plata, estuvo 5 días en
cartel y sobrevino la censura por lo cual no se conoció en Buenos Aires pero sí
en Montevideo donde también se proyectaba A
media luz realizada en México con Hugo del Carril y también prohibida por
cuestiones políticas absurdas.
El 2
de setiembre de 1948 en el cine Normadie se estrena Mis 5 hijos, filme de Orestes Caviglia y Bernardo Spoliansky en
base a un libro del actor Nathan Pinzón, música de Juan Ehlert, en el cual también participa
Pugliese con su orquesta siendo sus protagonistas Domingo Sapelli, Ilde
Pirovano, Ricardo Trigo, Rodolfo Crespi y los 5 hermanos Alonso: Tito, Pola,
Luis, Mario y Héctor, película que la crítica consideró “modesta y simpática
como una esquina de barrio”. De fondo en el transcurso del filme se escuchan
los tangos “Una vez”, de Pugliese y Cátulo Castillo cantando Alberto Morán,
“Las marionetas” y “Adiós Bardi”, ambos instrumentales de Pugliese, y
“Cabecitas blancas” de Alberto Pugliese y Enrique Dizeo cantando Roberto
Chanel. Centralmente. la orquesta interpreta “La yumba”, por esos años ya
transformado en tango representativo de don Osvaldo, y “A barquinazos” que el troesma compusiera
con Homero Expósito y nunca llevado al disco como ocurriría con numerosas obras
realizadas por el propio Pugliese. Se sabe que éste prefería hacerlo con las creaciones de sus
músicos a quienes además incitaba a componer, lo cual acrecentaba el porcentaje
de ingresos para ellos de acuerdo a la concepción cooperativa que aplicaba
rigurosamente. Digamos de paso que “A barquinazos” fue cantado por uno de los hermanos Alonso, Mario, dado que
jugaba en la ficción de la película. Y según Carlos Puente se transformaría
años después en “Hermosa japonesita” con letra de Javier Mazzea, cantada por
Adrián Guida pero nunca llevada al disco. La grabación de este tema, sacado de
la película, apareció en el disco compacto “El eslabón perdido”. Asimismo
interpreta Mario Alonso, con posterioridad cantor de Francisco Canaro, “El
encopao”, del propio Pugliese con Enrique Dizeo, obra que también fue censurada
en la década del 40 dado que se refiere a un borrachín consuetudinario. Pugliese
la grabó con Abel Córdoba recién en 1970.
Sin
embargo, a nuestro entender, no es “A barquinazos” el eslabón perdido sino
“Milonga para Fidel” y las 5 obras que Pugliese grabó en 1968 en Phonogram con
la orquesta desdoblada y que nunca fueron impresas, incluso también destruidas
las matrices. Ahí tenemos, por ejemplo, 4 instrumentales realizados con
cuarteto de cuerdas mas el piano y el tango “Che, colectivero” de Pugliese y Julio Camilloni con un sexteto de
piano, dos bandoneones, contrabajo y
violín, cantando Abel Córdoba.
En
el año 2005 el cantor Carlos Varela rescató los temas mencionados en su disco
Ojalá Pugliese. Varela nos ofrece la primera grabación de A barquinazos, de Pugliese y Homero
Expósito y de los mismos autores Viejo barrio poligrillo. Aprovecha
Varela, en este excelente disco, para incorporar una novedosa obra de Pugliese
con el poeta Héctor Negro titulada Tu abrazo hermano. La dirección
musical estuvo a cargo de José Teixidó.
Otras
intervenciones de Osvaldo en el cine fueron en Tangos, el exilio de Gardel de Fernando “Pino” Solanas donde
interpreta “La yumba”. Se estrenó el 20 de marzo de 1986 en los cines Broadway
y Atlas Recoleta. El 8 de mayo de ese mismo año se estrena Pobre mariposa de Raúl de la Torre con escenas que transcurren en una radio de
la década del 40 con orquestas en vivo. Allí interpreta su tema “Recuerdo”. Y
el 21 de abril de 1994 se conoce Convivencia
de Carlos Galettini con José Sacristán y Luis Brandoni. Aquí la orquesta
hace “La yumba” y de Canaro “Charamusca”. Otro documental no estrenado
comercialmente es el del argentino radicado en Brasil Mauricio Berú. Es de
1984, se titula Tango y tango y fue
filmado en la Habana
durante el Festival Internacional del tango realizado en marzo de 1984 con la
participación de Pugliese y otros artistas argentinos. Allí hace “La yumba” y
“Recuerdo”.
Hay
películas en las cuales se escucha la música de Pugliese en la banda sonora, ya
sin la participación del maestro, porque fueron realizadas a posteriori de su
muerte. Ya transformado en referente ineludible del tango, su música aparece en
la notable realización de Carlos Saura Tango
de 1998, donde oímos “Recuerdo” y “La yumba”, obra que un año antes la
realizadora inglesa Sally Potter baila con el argentino Pablo Verón en su filme
La lección de tango. A este listado podemos agregar otras películas concretadas
ya en este siglo XXI que nos muestran la vigencia del troesma y el tango. “La
yumba” y “Recuerdo” con “La bordona” de Emilio Balcarce, todos en versiones de
la orquesta de Pugliese, se pueden disfrutar en el filme francés del año 2003 Dans le rouge du couchant. Algo más o
menos así como “Entre el rojo y el ocaso”. “Negracha” se escucha como fondo
musical de la película Ronda nocturna del
año 2004 de Eduardo Kozarinsky, argentino radicado en París, y “Recuerdo” en Años rebeldes de la italiana Rosalía
Polizzi.
Finalmente
podemos mencionar Muchas gracias maestro
en la que nuestro homenajeado es protagonista ya que relata su trayectoria. Es
una realización de 1994 del recientemente fallecido (2004) director argentino
Luis Segura y que por cuestiones legales
entre sus productores aún no ha sido estrenada. Dado que las autoridades
gubernamentales han declaro oficialmente al 2005 como el año Pugliese, es de
esperar que intercedan para destrabar el conflicto de intereses y podamos
disfrutar de Muchas gracias maestro,
como ahora lo haremos con El tango es
una historia. Y perdón por tanta lata, pero consideramos imprescindible
ubicar al maestro en el contexto cinematográfico. No por nada, según el artista
plástico Chilo Chulissi, los seguidores, admiradores y fanáticos de Pugliese,
somos su apóstoles. Y como tales nos reivindicamos. Por ende, no sólo
disfrutamos sino que promovemos su obra. Y repetimos su profecía: “El tango es
un árbol que va a dar frutos continuamente porque está viviendo en una tierra
fértil que es el alma popular”.
Agrego
ahora: nunca se resolvió el conflicto con la película Muchas gracias maestro,
cosas propias de nuestro país.
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