26 feb 2014

Carlos Gardel en radio

Por Ricardo Horvath

La aparición de la radiotelefonía en la Argentina, allá por los años ’20 del siglo pasado, produjo un gran revuelo. No sólo en el público que comenzó a acceder con facilidad a poseer un aparato receptor, sino, también, por la utilización del medio que realizaron los artistas populares. Tal el caso de la cantante Rosita Quiroga que no solía hacer actuaciones públicas, y cimentó su éxito en la radio y en el disco. Contrariamente el músico Osvaldo Pugliese, al crear su orquesta en 1939, se dedico a presentarse en el café El Nacional, y en los bailes de los clubes barriales, fundamentalmente del sur del Gran Buenos Aires. Para Pugliese el éxito de un tango dependía en saber observar los pies de los bailarines. Es así que es recién en 1943 que accede a Radio El Mundo y al disco. Otro caso es el de los desconocidos folkloristas provenientes de las provincias, que llegaron al conocimiento público gracias a la radio. La radio era espectáculo y también ilustración con notables y cultos comentaristas. El radioteatro incentivaba la imaginación del oyente.
Un caso notable de la utilización del medio lo hallamos en un inteligente muchacho del barrio del Abasto, conocido como el zorzal criollo: Carlos Gardel. Después de su primera etapa en que llega a grabar para el sello Columbia, sus primeras 14 canciones de ritmos criollos, Gardel se transforma en 1917, con Mi noche triste, en un referente del tango, aunque nunca dejó su postura de lo que hoy se conoce como “cantor nacional”.
Se puede conjeturar que fue con el tango Sentimiento gaucho que Gardel debuta en radio el 4 de octubre de 1924. La primera actuación del morocho –luego apodado el mudo- por radio, se transmitió por la onda de Splendid, emisora inaugurada oficialmente en el mes de setiembre de ese año. En el diario La Prensa del 4 de octubre se informa que Gardel actuaría a las 18 horas acompañado por la orquesta de Francisco Canaro. Caruso y Canaro son los autores de Sentimiento gaucho, a la sazón tango ganador del primer premio organizado precisamente en el teatro Grand Splendid en ese mismo año. La sala pertenecía a la emisora radial y la firma discográfica Odeon – que tenía contratados a Gardel y Canaro- coauspiciaba el concurso y de inmediato Gardel grabó todos los temas finalistas, que también pudieron integrar su repertorio esa tarde. Fueron ellos Pa’ que te acordés, Organito de la tarde y Amigazo.
Repetimos que son conjeturas ya que la documentación es escasa, y  el recital anunciado por el diario pudo haberse suspendido por miles de motivos. Por eso vamos a dar a conocer las distintas versiones sobre este importante hecho en la carrera del cantor y de nuestra radiotelefonía. El coleccionista Mario Andrioli –por ejemplo- sostiene la tesis de que los posibles temas entonados por Gardel en su debut radiofónico fueron Como agoniza la flor, Beso ingrato, La garconiére y el fox trot Oh  París, temas también grabados en el año 1924.
Hay otra versión que indica que el debut en Radio Splendid fue el 30 de setiembre de 1924, y afirma que Gardel fue acompañado por Osvaldo Fresedo en las obras Fea y Perdón viejita.
Se sabe que todo lo referido a Gardel está en una nebulosa, lo cual ha incrementado el mito ya que los historiadores nunca llegan a ponerse de  acuerdo. Ni siquiera en esto de su debut radial. Según Oscar Del Priore “la primera vez que Gardel se ubicó frente a los micrófonos radiales fue el 30 de setiembre de 1924”. Coincide, no obstante, en que fue en LOW Radio Splendid, emisora ubicada en Santa Fe 1876 en el mismo edificio del cine-teatro Grand Splendid. Según Del Priore, Gardel actuó a las 22 horas junto a  José Razzano y agrega que pocos días después lo haría acompañado por la orquesta de Francisco Canaro. Para aumentar la confusión, el historiador Ricardo Gallo en su libro La radio ese mundo tan sonoro, afirma que el debut del morocho del Abasto fue el l de octubre de 1924 de 22 a 23 horas y acompañado por Canaro y los guitarristas José Ricardo y Guillermo Barbieri, interpretando Nunca más, No le digas que la quiero, Príncipe, Sombras, Griseta y La cumparsita. Hay aquí otro hecho confuso, ya que el tango La cumparsita había sido  interdicto por  su autor Gerardo Matos Rodríguez que impedía su difusión.
La presentación de Gardel en la onda de Splendid no sería su única presentación en radio, medio que él supo utilizar con habilidad ya que le produjo más notoriedad y buenos dividendos económicos, luego gastados en las patas de algún caballo. Para Del Priore, Gardel vuelve tres años después a la radio para hacerlo en la emisora Brusa y pasar de inmediato a Prieto. Sin embargo Gallo dice que su retorno ante los micrófonos, se produce el 27 de abril de 1925 siempre por Splendid y como prueba documental ofrece una información periodística del diario La Nación del 26 de abril de ese año, anunciando esa actuación para las 22,15 junto a Razzano.
Gardel viaja a Europa y a su regreso cumple un breve ciclo en LOV Radio Brusa en el invierno de 1928 y pasa luego a Radio Prieto, que es lo que dice Del Priore. Esto se corrobora en sus declaraciones al diario La Razón de fecha 8 de setiembre de 1928 en que señala que actuaba en dicha emisora “donde he obtenido un triunfo rotundo a juzgar por el número de cartas que he recibido y sigo recibiendo (...) Ahora voy a Montevideo a dar una serie de funciones y a mi regreso realizaré una audición especial para los oyentes de Radio Prieto antes de embarcarme para Europa, donde tengo anunciado mi debut para el 6 de octubre de 1928”.

En Radio Carve de Montevideo

En 1945 el locutor Pablo Osvaldo Valle, uno de los directores artísticos más importantes que tuvo nuestra radio, recordaba en una entrevista, que en 1929 a Gardel se le retribuyó con una suma de dinero que fue la más grande pagada a un intérprete: 150 pesos por audición, y al año siguiente otra suma record: 400 pesos por audición.
A su vez, Ricardo Gallo escribe en su libro que en julio de 1929 debuta en una transmisión de LR7 Radio Buenos Aires, creada un mes antes, y al año siguiente cumple con varias actuaciones en Radio Nacional y Gran Splendid. En 1930, y estando en Buenos Aires, José Zatkin y Gardel firman un contrato para realizar por Radio América una serie de audiciones por 8.000 pesos mensuales. El programa promocionaba  a una marca de vinos y una de las cláusulas del convenio especificaba que debía cantar 12 temas en la hora de transmisión y que, como número final el morocho debía cantar Tirate un lance de contenido comercial referido al vino Toro. El tema era de Bohigas y Gardel se opuso aduciendo que él no era speaker como entonces se llamaba a los locutores. Sin embargo, finalmente accedió, porque le comentaron que Zatkin estaba en una situación difícil y que el no cumplimiento del contrato significaría su despido. Ese tema no se grabó pese a  que algunos sostienen  los contrario confundiendo a Gardel con otro cantor.
En 1931 realiza ese ciclo en LP 6 Casa América a la que, entre numerosos periplos artísticos, retorna dos años más tarde, cuando la estación ya era LS10 Radio América y de inmediato pasa a actuar en LR3 Radio Nacional, que luego sería Belgrano.
Hay otro hito histórico en la relación Gardel-radio: el 25 de mayo de 1932, desde París por la Hora Francesa, en una conexión Radio Colonial con Nacional de Buenos Aires, el zorzal criollo canta el tango Mano a mano y el estilo Amargura. La última audición radial de Gardel en Buenos Aires fue el 6 de setiembre de 1933 y por Radio Belgrano. El animador era Pablo Osvaldo Valle y el último tango que cantó fue Buenos Aires de Jovés y Romero, un duro testimonio social.
Buenos Aires también sirvió de cierre para otra transmisión histórica que realizó nuestro cantor desde los Estados Unidos de Norteamérica. El 30 de diciembre de 1933, Gardel debutó en la National Broadcasting Company, la famosa NBC de Nueva York, enlazada a 800 emisoras de toda América latina y el caribe. Lo acompañó una orquesta dirigida por Hugo Mariani con 18 músicos, y eso, junto a sus películas, le facilitó una popularidad impresionante, y le abrió las puertas para la gira continental que sería fatal. El mencionado recital se abrió con un tema del payador Arturo de Nava: El carretero.

Gardel ante el micrófono en la
NBC de Nueva York

Otra transmisión singular se realizó el 5 de marzo de 1934. Desde los estudios de Radio Rivadavia de Buenos Aires, sus guitarristas realizaban el acompañamiento musical, mientras el mudo, en Nueva York ponía su voz que salía al mundo por Transradio.
Mi Buenos Aires querido de Gardel y Le Pera, tema de su película Cuesta abajo, fue dado a conocer con otras canciones de la misma realización cinematográfica, para los oyentes de nuestro país a través de otra transmisión radial. Fue e 17 de agosto de 1934 y también con la intervención de la NBC de Nueva York y Splendid de la Argentina. Contó con el auspicio del diario Crítica y frente al edificio del vespertino se concentró muchísima  gente.  Hablaron para referirse al acontecimiento Adolfo R. Avilés, Petit de Murat, García Peña, representante del diario en Nueva York y también Gardel y Le Pera. En dicha ocasión el zorzal criollo señaló con su habitual modestia: “no soy yo el que triunfa, es el tango el que se impone”.
 El 15 de marzo de 1935, por Radio Belgrano y la primera cadena argentina de emisoras, se escuchó por última vez a Gardel desde Nueva York. Otra vez desde la NBC, con el auspicio de la revista La canción moderna (que luego sería Radiolandia), hizo los temas de su película El tango en Broadway.
En esa transmisión Gardel dijo: “es verdad que filmaré películas en inglés. ¿Quién dijo miedo? Pero las canciones serán en nuestro idioma”. Sin embargo el morocho hizo una prueba cantando Amargura en inglés con el título Chiting muchachita, pero quedó disconforme y abandonó el proyecto. En Buenos Aires, desde la revista Micrófono, Homero Manzi despotricaba contra el cantor por realizar películas escritas por Alfredo Le Pera de bajo nivel artístico. En cuanto a Chiting muchachita recién se rescató del anonimato en la década del ’80.

En una emisora no identificada.

La última vez que nuestro cantor actuó en radio fue en Bogotá, Colombia, el 23 de junio de 1935 en La voz de la Víctor (de la discográfica RCA Víctor que lo había contratado en forma reciente). La emisora fue copada por un público entusiasta y para complacer a los seguidores del mudo hubo que colocar altavoces en la plaza ubicada frente a la emisora. Según Del Priore, en esa audición final cantó Cuesta abajo, Insomnio, El carretero, Melodía de arrabal, No te engañes corazón y Tomo y obligo.
No obstante, y como suele ocurrir con todos  los mitos, aquí también hay disidencias. Están quienes afirman que ese domingo 23 de junio, entre las últimas canciones que hizo Gardel, había una especial dedicada a los colombianos y fue el ritmo bambuco Rumores del poeta antioqueño Francisco Restrepo Gómez y música de Alejandro Wills. Algo muy probable dada las características de un intérprete dispuesto a seducir a su público. Esta última actuación fue precisamente el día anterior al terrible accidente de Medellín, que tronchó su vida y la exitosa carrera internacional que estaba realizando.
Hay más: según un artículo firmado por Salvador Arancio, el último tango que cantó el morocho en Colombia fue Tomo y obligo. Y cuenta que todo se originó en una noticia publicada en El Diario de Montevideo por su corresponsal en Brasil, un periodista que firmaba con el seudónimo de Tampico. Este cronista, a su vez, leyó en el Correio da Manhá  de Río de Janeiro la transcripción de una crónica de un diario colombiano que decía lo siguiente: “En la noche del 23 de junio de 1935 el speaker de la emisora colombiana La voz de la Víctor anunció una audición especial dedicada a toda la República con la intervención de Carlos Gardel, patrocinada por Saco compañía de aviones, en uno de los cuales viajó el célebre cantor. Comenzó esta audición a las 23 y 15 (...) Después que estruendosos aplausos premiaran su interpretación, el inolvidable artista tuvo frases de pesar por tener que dejar Bogotá, frases éstas que emocionaron a los oyentes.
“Luego le oímos en Cuesta abajo, acompañado por sus guitarristas Aguilar, Riverol y Barbieri (...) Siguió luego la hermosa canción El carretero. En la segunda parte del programa interpretó Catamarca, luego Melodía de arrabal (...) A pedido, Gardel canta Silencio y  luego de este tango   pronuncia para el público las siguientes palabras: ‘Antes de cantar mi última canción quiero decirles que he sentido grandes emociones en Colombia. Gracias por tanta amabilidad. Encuentro en la sonrisa de los niños, las miradas de las mujeres y la bondad de los colombianos un cariñoso afecto para mí. La emoción no me deja hablar. Gracias y hasta siempre’. Y luego, el último tango y, por lo tanto, la respuesta a la pregunta que motiva esta crónica: Tomo y obligo”.
Agregaba la crónica colombiana que la audición terminó a las 0,30 horas. Pocas horas después, otra emisora, La voz de Antioquia, anunciaba la muerte de Gardel. Estos hechos resultan trascendentales para verificar la importancia que la radiodifusión había adquirido por esos años, con intentos renovadores y de fuerte impacto en la audiencia.
Hoy la radio ha entrado en un cono de sombra. No existen los grandes directores artísticos, ni productores con ingenio e imaginación. A los propietarios de medios solamente les interesa el beneficio económico o el político, apuntando a la desestabilización del gobierno a través de los denominados “operativos de prensa” realizados por sus venales periodistas. Todo está adocenado. No existen los radioteatros, salvo en Radio Nacional, que además posee salas para recitales en vivo como se realizaban en el pasado, donde además se podían presenciar los programas humorísticos con artistas como Niní Marshall, Luis Sandrini, Pepe Iglesias y tantos otros. Otra excepción es Del Plata donde se puede participar en el ciclo de Alejandro Dolina La venganza será terrible.
No están los grandes conductores de ciclos musicales como los casos de  Enrique Alejandro Mancini, Hugo Guerrero Marthineitz (el peruano parlanchín), Miguel  Angel Merellano y Edgardo Suárez (“pariente”), entre tantos otros. Hasta han desaparecido los denominados programas magazine con su variedad temática, no hay humoristas y el periodismo (el mal periodismo) se ha apoderado del medio. Es bueno rescatar estas historias para el conocimiento de las nuevas generaciones interesadas en este mágico mundo de la radio.



1 comentario:

  1. Ricardo. Como estas? Fui alumno tuyo en el curso de Protagonista. Te recuerdo como un gran docente. Te mando un fuerte abrazo

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