El 9 de mayo de 2001
presentamos el siguiente informe a la autodenominada Asamblea de Autoconvocados
por el Tango, institución informal que se constituyó a finales de los ’90 y
comienzos del nuevo siglo, con la intención de luchar en defensa de nuestra
música ciudadana. Participaron músicos, cantantes, bailarines, conductores de
ciclos radiales y todo aquél que amara lo nuestro frente a la entrega del país
por parte del menemato corrupto. Poco
tiempo después, en el período electoral una consigna popular pregonaba en las
paredes: Macri = Menem. El olfato popular es increíble, pero igual Macri ganó
las elecciones para continuar con el neoliberalismo en la Capital Federal,
un hecho funesto que se prolonga en el tiempo, y para colmo ahora, con
pretensión presidencial. Recordemos también que por entonces Menem había
logrado el 24% de los votos frente e Kirchner con el 22%. La obligada segunda
vuelta no se produjo porque el riojano se cagó en las patas, pero Kirchner
iniciaba una presidencia débil y con pronóstico reservado, como dirían los
médicos.
Este obligado introito es
para ubicarnos en tiempo y espacio. La famosa Ley de Mecenazgo se aprobó, pero
en general se desconoció su funcionamiento, fracasó en su comienzo y luego hubo
un prolongado silencio de radio hasta que el jueves 13 de marzo de 2014 me
sorprendió una noticia publicada en el diario Tiempo Argentino. Decía textualmente lo que sigue:
“REINO CREPUSCULAR
HOMENAJE A JULIO CORTÁZAR. El Museo de la Ciudad anuncia la presentación de Reino
Crepuscular, homenaje a Julio Cortázar, Proyecto del Libro al Libro
seleccionado por Mecenazgo Cultural del gobierno de la Ciudad, en el 25°
aniversario de la muerte del escritor y en el marco de “2014, Año de las Letras
Argentinas”. Los sábados 15, 22 y 29 de marzo a las 19,30 se realizará la
proyección del video y la presentación del libro de Daniela Lozano con la
interpretación en vivo del trompetista Juan Cruz de Urquiza, en el Bar del
Filete del Museo de la Ciudad,
Defensa 217, CABA. Actividad gratuita”. La inexistencia de correctores en los
diarios lo demuestra este texto confuso. Por otra parte los organizadores del
acto lo hacen con un trompetista en vez de una orquesta o un intérprete del
tango que, por ejemplo, recree los tangos escritos por Cortázar, pero para los
organizadores seguramente el tango es “grasa”. La noticia nos motivó recuperar
ese viejo texto sobre lo que significa el mecenazgo, modelo del liberalismo.
...
En forma paralela al
Parlamento Nacional, en la
Legislatura de la
Ciudad se intenta aprobar una Ley de Mecenazgo. Al respecto
se han presentado diversos proyectos que no difieren en mucho. Al mismo tiempo
se presentó otro con respecto al tango llamado “Ley de fomento del tango” que
auspicia asimismo el mecenazgo para nuestra música ciudadana. El objetivo de
estos proyectos hablan de “favorecer y
estimular la realización de actividades y eventos culturales y educativos”. Se
supone que nadie en su sano juicio habría de oponerse a tan loable intención.
Sin embargo, cuando se profundiza en la temática –más allá de la posible buena
intención de los legisladores– descubrimos que
se beneficia directamente a los empresarios ( o mecenas) que verán
deducidos considerablemente sus impuestos cuando “apoyen” la cultura. Es dable
suponer que, entonces, será menor la recaudación impositiva en la ciudad
reduciendo los presupuestos generales en
especial los dedicados a la cultura (algo ya recurrente en los gobiernos que se
vienen sucediendo sin medir color partidario). En líneas generales se entiende
por beneficiario de los mecenas a “las fundaciones con personería jurídica, a las
asociaciones civiles sin fines de lucro y a las entidades pertenecientes al
Gobierno de la Ciudad”.
Sabemos lo que ocurre en nuestro país con las así denominadas fundaciones que
son una simple tapadera para evadir impuestos y en general son manipuladas por
políticos inescrupulosos que las crean y las hacen desaparecer con facilidad
asombrosa. Así como se sabe que en lugar de tener bienes personales esos
políticos y sus familiares –caso Zulemita Yoma– constituyen empresas fantasmas
en el exterior para evadir el pago de impuestos. La pregunta es obvia: ¿Quién
garantiza la limpieza del mecenazgo? ¿Habiendo otras fórmulas para no pagar
impuestos existirá algún empresario dispuesto a ser mecenas? En caso afirmativo: ¿cuáles serán
sus exigencias?, ¿auspiciará acaso a los
artistas e intelectuales que cuestionen el orden imperante, aceptarán obras que
reflejen la realidad actual de exclusión social, de 55 niños que mueren a
diario en nuestro país pudiendo salvarse, aceptará editar un libro que plantee
por ejemplo no pagar la deuda externa?¿Es necesaria una ley para fomentar el
mecenazgo cuando se supone que en un país de “libre mercado” se puede apoyar
proyectos artísticos – y de hecho se hace– sin necesidad de ley alguna?
En algunos casos los proyectos presentados incluso auspician
desgravar la publicidad que realice el empresario en la vía pública, es decir
el espacio de todos los ciudadanos y dinero que se supone nos pertenece.
Recientemente se ha sabido de numerosos negociados en cuanto a publicidad
callejera con espacios dados casi gratuitamente sin ningún control ¿Quién
controlará ahora a los mecenas en un país donde el Estado se ha retirado
prácticamente del control a punto tal que se habla de privatizar precisamente
el servicio de cobro de impuestos?
Hay otro aspecto: los bienes
donados (casas, etc.) serán valuados
según tasación del Banco de la
Ciudad, sin otro control ¿cómo saber que la tasación no ha
sido realizada de forma tal que supere o degrade la cifra verdadera? ¿Quién
garantiza que no habrá un hecho delictivo como el denominado lavado de dinero?
Uno de los proyectos habla sobre la autoridad de aplicación de la ley
“conformada por la Secretaría de Cultura y
la de Educación que actúan en forma coordinada a través de la Comisión de
mecenazgo”.Los miembros de esa comisión serían elegidos por los secretarios de
cultura y educación. Es decir que no hay participación alguna de la sociedad.
Otros proyectos mencionan la integración
de esa comisión a representantes del
Banco de la Ciudad,
del Fondo Nacional de las Artes, la
SADE, SADAIC y ARGENTORES. Las tres últimas instituciones
vienen siendo acusadas de graves irregularidades en su funcionamiento. En el
caso de SADE, escritores de renombre han llegado a constituir una nueva
entidad, la Sociedad
de Escritores de la
Argentina (SEA). A la vez caben estas preguntas: ¿los actores
no tienen nada que opinar? ¿qué pasa con la representación de los músicos, la
gente de la plástica, de la danza, del cine y del teatro? La creación de este ente puede ser cuestionado
también desde otra perspectiva: ¿para qué aumentar la burocracia estatal? ¿
acaso el Fondo Nacional de las Artes no es una entidad creada precisamente para
auspiciar proyectos culturales? Y también: por un lado se habla de fomentar la
cultura a través de mecenas y por otro desde el mismo gobierno se intenta
aplicar un impuestazo a la cultura a través del IVA a los libros, diarios, cine, teatro ,
espectáculos, etc.? Se puede colegir de esto que el gobierno carece de una
estrategia en torno a la defensa de nuestros valores culturales. El andar
errático que abarca a los mismos legisladores se observa con claridad si
evaluamos lo siguiente: hasta hace pocos años todo el liberalismo se unía en
contra de la institución de leyes regulatorias (la mejor ley es la que no
existe decían incluso los dueños de los canales de TV oponiéndose a que fuera
un servicio público, exigiendo la autorregulación; y sabemos a que se ha
llegado con esto: a la TV
basura actual) ¿Por qué ahora quieren legislar
el mecenazgo? Está a la vista: para beneficiar a los empresarios que
dejarán de aportar al fisco.
Uno de los proyectos llega a
darle todo el poder a la
Secretaría de Cultura de la Ciudad (actualmente en manos de un empresario del
espectáculo) que además podría “celebrar convenios interjurisdiccionales de
cooperación, intercambio y fomento del mecenazgo con las administraciones
provinciales, el gobierno de la nación y ¡EXTRANJERAS¡” ¿Será que las
relaciones carnales las extenderemos también a
un mecenas? ¿Será un grupo extranjero el que definirá qué es o cuál es
un “proyecto de interés cultural”? Ese
mismo proyecto involucra en la comisión a crearse a la Cámara Argentina
de Comercio, la Unión
Industrial Argentina, la Asociación de Bancos y
un representante por la universidades públicas y privadas. Serían, entonces,
los verdaderos dueños del poder en el país que pasarían también a decirnos que
es y que no es cultura. Es evidente que todos los proyectos aparecen ahora en
función a lo que todos conocemos: que el Estado se ha retirado de su
responsabilidad de acción cultural y piensa solamente en lo que denomina
“industrias culturales”, es decir el negocio del espectáculo. Esto es más que
notorio ya que sí hay dinero para los mega espectáculos que sirven de cobertura
para hacer caja personal o partidaria. Los mecenas serán
designados “protectores de la cultura de la ciudad de Buenos Aires y al final
de cada década se seleccionará al “protector de la cultura de la década”. Que
se busca beneficiar a los empresarios queda claro en el proyecto que establece que “los beneficios de que trata
esta ley, no reducen ni excluyen otros beneficios, descuentos o deducciones,
cualquiera sea la jurisdicción de donde provienen”.
En cuanto al proyecto de
mecenazgo para el tango ni merece ser tenido en cuenta en tanto y en cuanto
existen la Ley Nacional
y de la Ciudad
en defensa del Tango con lo cual se produce una contradicción en tanto y en
cuanto el propio Estado se ha ocupado de hacer leyes de defensa del tango que
no cumple ni hace cumplir ¿Quién garantiza que se cumplirá la de mecenazgo en
“defensa” del tango? Termina siendo una pregunta recurrente y que para nosotros tiene una sola
respuesta y es: NADIE. Los hechos lo prueban a diario. Por eso proponemos que
Autoconvocados por el Tango se expida en contra de estos proyectos y así lo
haga saber públicamente, en especial a la Legislatura de la Ciudad.
...
La asamblea de
Autoconvocados por el tango aprueba este informe y reclama además la difusión
del documento a la prensa y la realización de un llamamiento a otros
movimientos culturales para discutir un programa conjunto de defensa de la
cultura nacional con la posibilidad de efectuar reclamos judiciales y ante la Defensoría del Pueblo,
junto a la organización de una MARCHA DEL MALESTAR DE LA CULTURA.
Todo esto sigue pendiente
hasta hoy. El tango sigue siendo la Cenicienta del macrismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario