17 mar 2014

A proposito de los proyectos de ley de mecenazgo en la ciudad de Buenos Aires




El 9 de mayo de 2001 presentamos el siguiente informe a la autodenominada Asamblea de Autoconvocados por el Tango, institución informal que se constituyó a finales de los ’90 y comienzos del nuevo siglo, con la intención de luchar en defensa de nuestra música ciudadana. Participaron músicos, cantantes, bailarines, conductores de ciclos radiales y todo aquél que amara lo nuestro frente a la entrega del país por parte del menemato corrupto.  Poco tiempo después, en el período electoral una consigna popular pregonaba en las paredes: Macri = Menem. El olfato popular es increíble, pero igual Macri ganó las elecciones para continuar con el neoliberalismo en la Capital Federal, un hecho funesto que se prolonga en el tiempo, y para colmo ahora, con pretensión presidencial. Recordemos también que por entonces Menem había logrado el 24% de los votos frente e Kirchner con el 22%. La obligada segunda vuelta no se produjo porque el riojano se cagó en las patas, pero Kirchner iniciaba una presidencia débil y con pronóstico reservado, como dirían los médicos.
Este obligado introito es para ubicarnos en tiempo y espacio. La famosa Ley de Mecenazgo se aprobó, pero en general se desconoció su funcionamiento, fracasó en su comienzo y luego hubo un prolongado silencio de radio hasta que el jueves 13 de marzo de 2014 me sorprendió una noticia publicada en el diario Tiempo Argentino. Decía textualmente lo que sigue:
“REINO CREPUSCULAR HOMENAJE A JULIO CORTÁZAR. El Museo de la Ciudad anuncia la presentación de Reino Crepuscular, homenaje a Julio Cortázar, Proyecto del Libro al Libro seleccionado por Mecenazgo Cultural del gobierno de la Ciudad, en el 25° aniversario de la muerte del escritor y en el marco de “2014, Año de las Letras Argentinas”. Los sábados 15, 22 y 29 de marzo a las 19,30 se realizará la proyección del video y la presentación del libro de Daniela Lozano con la interpretación en vivo del trompetista Juan Cruz de Urquiza, en el Bar del Filete del Museo de la Ciudad, Defensa 217, CABA. Actividad gratuita”. La inexistencia de correctores en los diarios lo demuestra este texto confuso. Por otra parte los organizadores del acto lo hacen con un trompetista en vez de una orquesta o un intérprete del tango que, por ejemplo, recree los tangos escritos por Cortázar, pero para los organizadores seguramente el tango es “grasa”. La noticia nos motivó recuperar ese viejo texto sobre lo que significa el mecenazgo, modelo del liberalismo.

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En forma paralela al Parlamento Nacional, en la Legislatura de la Ciudad se intenta aprobar una Ley de Mecenazgo. Al respecto se han presentado diversos proyectos que no difieren en mucho. Al mismo tiempo se presentó otro con respecto al tango llamado “Ley de fomento del tango” que auspicia asimismo el mecenazgo para nuestra música ciudadana. El objetivo de estos proyectos hablan de  “favorecer y estimular la realización de actividades y eventos culturales y educativos”. Se supone que nadie en su sano juicio habría de oponerse a tan loable intención. Sin embargo, cuando se profundiza en la temática –más allá de la posible buena intención de los legisladores– descubrimos que  se beneficia directamente a los empresarios ( o mecenas) que verán deducidos considerablemente sus impuestos cuando “apoyen” la cultura. Es dable suponer que, entonces, será menor la recaudación impositiva en la ciudad reduciendo  los presupuestos generales en especial los dedicados a la cultura (algo ya recurrente en los gobiernos que se vienen sucediendo sin medir color partidario). En líneas generales se entiende por beneficiario de los mecenas a “las fundaciones con personería jurídica, a las asociaciones civiles sin fines de lucro y a las entidades pertenecientes al Gobierno de la Ciudad”. Sabemos lo que ocurre en nuestro país con las así denominadas fundaciones que son una simple tapadera para evadir impuestos y en general son manipuladas por políticos inescrupulosos que las crean y las hacen desaparecer con facilidad asombrosa. Así como se sabe que en lugar de tener bienes personales esos políticos y sus familiares –caso Zulemita Yoma– constituyen empresas fantasmas en el exterior para evadir el pago de impuestos. La pregunta es obvia: ¿Quién garantiza la limpieza del mecenazgo? ¿Habiendo otras fórmulas para no pagar impuestos existirá algún empresario dispuesto a ser  mecenas? En caso afirmativo: ¿cuáles serán sus exigencias?, ¿auspiciará acaso a  los artistas e intelectuales que cuestionen el orden imperante, aceptarán obras que reflejen la realidad actual de exclusión social, de 55 niños que mueren a diario en nuestro país pudiendo salvarse, aceptará editar un libro que plantee por ejemplo no pagar la deuda externa?¿Es necesaria una ley para fomentar el mecenazgo cuando se supone que en un país de “libre mercado” se puede apoyar proyectos artísticos – y de hecho se hace– sin necesidad de ley alguna?
En algunos casos  los proyectos presentados incluso auspician desgravar la publicidad que realice el empresario en la vía pública, es decir el espacio de todos los ciudadanos y dinero que se supone nos pertenece. Recientemente se ha sabido de numerosos negociados en cuanto a publicidad callejera con espacios dados casi gratuitamente sin ningún control ¿Quién controlará ahora a los mecenas en un país donde el Estado se ha retirado prácticamente del control a punto tal que se habla de privatizar precisamente el servicio de cobro de impuestos?
Hay otro aspecto: los bienes donados  (casas, etc.) serán valuados según tasación del Banco de la Ciudad, sin otro control ¿cómo saber que la tasación no ha sido realizada de forma tal que supere o degrade la cifra verdadera? ¿Quién garantiza que no habrá un hecho delictivo como el denominado lavado de dinero? Uno de los proyectos habla sobre la autoridad de aplicación de la ley “conformada  por la Secretaría de Cultura y la de Educación que actúan en forma coordinada a través de la Comisión de mecenazgo”.Los miembros de esa comisión serían elegidos por los secretarios de cultura y educación. Es decir que no hay participación alguna de la sociedad. Otros proyectos mencionan la  integración de esa comisión  a representantes del Banco de la Ciudad, del Fondo Nacional de las Artes, la SADE, SADAIC y ARGENTORES. Las tres últimas instituciones vienen siendo acusadas de graves irregularidades en su funcionamiento. En el caso de SADE, escritores de renombre han llegado a constituir una nueva entidad, la Sociedad de Escritores de la Argentina (SEA). A la vez caben estas preguntas: ¿los actores no tienen nada que opinar? ¿qué pasa con la representación de los músicos, la gente de la plástica, de la danza, del cine y del teatro?  La creación de este ente puede ser cuestionado también desde otra perspectiva: ¿para qué aumentar la burocracia estatal? ¿ acaso el Fondo Nacional de las Artes no es una entidad creada precisamente para auspiciar proyectos culturales? Y también: por un lado se habla de fomentar la cultura a través de mecenas y por otro desde el mismo gobierno se intenta aplicar un impuestazo a la cultura a través del IVA  a los libros, diarios, cine, teatro , espectáculos, etc.? Se puede colegir de esto que el gobierno carece de una estrategia en torno a la defensa de nuestros valores culturales. El andar errático que abarca a los mismos legisladores se observa con claridad si evaluamos lo siguiente: hasta hace pocos años todo el liberalismo se unía en contra de la institución de leyes regulatorias (la mejor ley es la que no existe decían incluso los dueños de los canales de TV oponiéndose a que fuera un servicio público, exigiendo la autorregulación; y sabemos a que se ha llegado con esto: a la TV basura actual) ¿Por qué ahora quieren legislar  el mecenazgo? Está a la vista: para beneficiar a los empresarios que dejarán de aportar al fisco.
Uno de los proyectos llega a darle todo el poder a la Secretaría de Cultura de la Ciudad (actualmente en manos de un empresario del espectáculo) que además podría “celebrar convenios interjurisdiccionales de cooperación, intercambio y fomento del mecenazgo con las administraciones provinciales, el gobierno de la nación y ¡EXTRANJERAS¡” ¿Será que las relaciones carnales las extenderemos también a  un mecenas? ¿Será un grupo extranjero el que definirá qué es o cuál es un “proyecto de  interés cultural”? Ese mismo proyecto involucra en la comisión a crearse a la Cámara Argentina de Comercio, la Unión Industrial Argentina, la Asociación de Bancos y un representante por la universidades públicas y privadas. Serían, entonces, los verdaderos dueños del poder en el país que pasarían también a decirnos que es y que no es cultura. Es evidente que todos los proyectos aparecen ahora en función a lo que todos conocemos: que el Estado se ha retirado de su responsabilidad de acción cultural y piensa solamente en lo que denomina “industrias culturales”, es decir el negocio del espectáculo. Esto es más que notorio ya que sí hay dinero para los mega espectáculos que sirven de cobertura para  hacer caja  personal o partidaria. Los mecenas serán designados “protectores de la cultura de la ciudad de Buenos Aires y al final de cada década se seleccionará al “protector de la cultura de la década”. Que se busca beneficiar a los empresarios queda claro en el proyecto que  establece que “los beneficios de que trata esta ley, no reducen ni excluyen otros beneficios, descuentos o deducciones, cualquiera sea la jurisdicción de donde provienen”.
En cuanto al proyecto de mecenazgo para el tango ni merece ser tenido en cuenta en tanto y en cuanto existen la Ley Nacional y de la Ciudad en defensa del Tango con lo cual se produce una contradicción en tanto y en cuanto el propio Estado se ha ocupado de hacer leyes de defensa del tango que no cumple ni hace cumplir ¿Quién garantiza que se cumplirá la de mecenazgo en “defensa” del tango? Termina siendo una pregunta  recurrente y que para nosotros tiene una sola respuesta y es: NADIE. Los hechos lo prueban a diario. Por eso proponemos que Autoconvocados por el Tango se expida en contra de estos proyectos y así lo haga saber públicamente, en especial a la Legislatura de la Ciudad.

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La asamblea de Autoconvocados por el tango aprueba este informe y reclama además la difusión del documento a la prensa y la realización de un llamamiento a otros movimientos culturales para discutir un programa conjunto de defensa de la cultura nacional con la posibilidad de efectuar reclamos judiciales y ante la Defensoría del Pueblo, junto a la organización de una MARCHA DEL MALESTAR DE LA CULTURA.
Todo esto sigue pendiente hasta hoy. El tango sigue siendo la Cenicienta del macrismo.


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